Los valores son
principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de
realizarnos como personas. Son convicciones profundas que nos ayudan a
preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento
en lugar de otro.
Uno de éstos valores es
la LEALTAD, quizás uno de los valores más respetables, con lealtad hay una
cuestión de honor, fidelidad y gratitud. Se trata básicamente de cumplir con lo
que hemos prometido, incluso cuando no nos sea conveniente. Es también una
virtud y como tal debemos desarrollarla e implica ciertos valores morales y
éticos.
En nuestro País el
concepto de lealtad, ligado fuertemente al ámbito político, nace el 17 de
Octubre de 1945, cuando gran parte de los trabajadores, empleados, cuentapropistas,
y una gran masa de agradecidos, colmaron la Plaza de Mayo solicitando que
aparezca el General Perón que se encontraba detenido en la Isla Martín García. EL
PUEBLO LE ESTABA SIENDO LEAL A QUIEN LES ERA LEAL A ELLOS.
Podemos decir entonces
que la LEALTAD, al ser una virtud y al ser recíproca, es la base de la UNIDAD,
y que ésta es la madre de todo. Ya el General Perón nos decía en ese famoso
discurso de ese 17 de Octubre en el balcón de la Casa Rosada “Únanse, sean hoy más hermanos que nunca,
sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa
tierra, la unidad de todos los argentinos”.
Es notable como al
hablar de LEALTAD automáticamente nos lleva a pensar en grandes líderes que han
sido y son leales a su Pueblo, ese pueblo que agradece y confía, líderes entre
otros como José de San Martín, Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner, y en el
ámbito local Gildo Insfrán.
Siempre se habla de los
“Judas” que existen en nuestro Movimiento, pero no debemos olvidarnos de los “Pedro”,
que también los hay y muchos. Simón Pedro, podemos decir, que se encontraba en
el lugar equivocado, y es por eso que lo reconocen, y entonces éste lo niega a
Jesús 3 veces. Pero Pedro contó lo sucedido cuando había comprendido su error. Y
así también esperamos y confiamos que estos compañeros, que actúan parecido, lo
comprendan y enderecen su rumbo. Recuerden que no hace falta cometer el acto de
traición para ser un traidor, el sólo hecho de pensar en hacerlo ya es una
traición en sí misma.
Para sacar de Balcarce
50 a los “antipatria” que hoy están ahí, es imprescindible que nos unamos todos,
es imprescindible que se deje de lado los interés personales y se priorice el interés
del conjunto, el ideal de tener un País libre, justo y soberano. Esto hoy en
día no es una opción, es casi un deber hacerlo, porque nuestro objetivo final es
la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, y la única forma de
devolverle la felicidad a este pueblo que sufre es con el peronismo. PORQUE LOS
DÍAS MÁS FELICES ¡FUERON, SON Y SERÁN PERONISTAS!