En 1896, Leandro N. Alem, fundador del radicalismo,
se suicida agobiado por los enfrentamientos que amenazaban con la disolución de
su partido, y en su testamento político escribía la famosa frase “que se rompa pero que no se doble”. El
mismo Raúl Alfonsín utilizaba esta frase como grito de guerra contra la
hipocresía y contra los oportunistas.
Sacando
el triste desenlace del suicidio de este gran político argentino, que bueno
sería que sus correligionarios lo imiten o al menos piensen en él antes de
tomar cada decisión o de emitir alguna declaración.
Estamos
viviendo momentos únicos en la historia de nuestro país y de nuestro
continente, momentos que van a aquedar en los libros de historia futuros como
un punto de inflexión en el trajinar de nuestros pueblos, y es la misma historia
la que nos llama a ponernos a la altura de las circunstancias, y a salvar a la
Patria morena.
El
Peronismo es la más alta conciencia política que pudo y puede tener una
sociedad, pero no nos olvidamos que venimos del mismo gen que los amigos
radicales, de la misma línea, que es el querer una sociedad mejor para todos.
La política es servicio,
es una herramienta para cambiar la realidad que nos rodea, es pensar en el
otro. Hace más de dos mil años, uno de los más grandes y elevados de la
historia de la humanidad dijo “Ama a tu
prójimo como a ti mismo”, mucho más acá en la historia el más grande
estadista de nuestro país dijo “para un
argentino no hay ni debe haber nada mejor que otro argentino” y hoy decimos
la Patria es el otro”. Es desde este
concepto que entendemos y actuamos en política, teniendo y poniendo al Hombre
en el centro de la escena para acción y decisión que se tome y ejecute.
Lamentablemente algunos
dentro del centenario Partido, junto a otros oportunistas y “valijeros” de la política,
sumados a algunos mareados y encandilados que decían ser de nuestras filas, se
han doblado, tirando por tierra aquel famoso lema de Alem.
Lo que no se dieron, ni
dan cuenta, es que la realidad económica a la que ellos mismos nos llevaron los
tapó, quedando a la luz todas sus mentiras y miserias. Incluso el intento de
quebrantar la paz social en nuestra provincia con el engaño y ardid de que el
aumento del servicio eléctrico no fue una decisión de ellos sino de Refsa. La
corrupción no es solo monetaria siempre, el corrupto es corrupto en todo
sentido, desde que se copia en un examen, desde un kioskero que te da mal el
vuelto, desde un taxista que te dio más vueltas que las que corresponden, desde
los que te usan para cortar rutas con mentiras, etc. etc.
Lo bueno es que estamos
a tiempo, estamos ingresando en un nuevo período electoral, y está en nosotros
cambiar esto y desterrar para siempre a los que tienen este atroz encanto por
la “viveza criolla”, a esta parte ínfima de la sociedad que nada les importa su
propio pueblo.
Y a los que suelen ir
de seguido a Buenos Aires para traer un guión cerrado y armado de cómo querer
ensuciar la cancha acá, les decimos lo que alguna vez nos dijeron a los que fuimos
a estudiar y a vivir allá “que no te
encandilen las luces de Buenos Aires, y que las burbujas del champagne no se te
suban a la cabeza”. Nosotros somos formoseños, curtidos en el viento norte,
y sabemos de lealtad y de ser agradecidos. El Modelo Formoseño se nutre de
todas estas cosas, del servicio, del amor, de la lealtad, de la unión entre
hermanos, etc., y este año lo vamos a profundizar y consolidar. Los esperamos a
todos, vengan todos a tirar el carro para el mismo lado, demostremos que somos
lo que siempre dicen de nosotros los formoseños, una sociedad unida, feliz y
esclarecida.