Nuestra concepción tradicional trata al poder como un “algo” que está allí, pareciera tratarse de un “algo” misterioso. Que a veces se lo asocia con la imagen de una montaña que podemos escalar y en cuya cumbre solo hay espacio para unos pocos.
Los lingüistas
entendemos que el lenguaje no es un algo sino que es quien genera acción, que
el lenguaje genera permanentemente nuevas realidades, nuevas relaciones. Somos seres
lingüísticos, habitamos en el lenguaje. Nos creamos a nosotros mismos en el
lenguaje y a través de él. O sea, el lenguaje es una fuente de poder.
Y es en este caso donde
estas nuevas formas de hacer política, estos nuevos políticos construyen su realidad,
su poder, y lo hacen desde el insulto, la agresión y el odio. Sabiendo
inclusive que nada bueno nace desde ahí, de esta forma lo que construyen es
muros, barreras, conflicto, violencia, discriminación, prejuicios, miedo,
desconfianza, extremismo, sufrimiento, dolor, etc. etc.
La política es una herramienta
de cambio social, una herramienta para cambiar lo que está mal en la sociedad,
una herramienta cuyo fin es la felicidad del Pueblo, y el diálogo es una garantía
para la paz, la armonía y el entendimiento, y es justo lo que no hay, diálogo.
Siempre, desde el lejano
1810, que existen esas dos argentinas, aquella donde habitan los que se
consideran europeos en el exilio y que desprecian al país donde viven; y
aquella en donde vivimos los que queremos un país federal, un país para todos y
con todos, un país donde la diversidad es nuestra mayor riqueza. Siempre existieron pero estaban escondidos, camuflados, y este Presidente
solo los sacó de su cueva, de su escondite.
Por más que nos sigan mintiendo,
o por más que le sigan quizás mintiendo al presidente, con datos falsos, con encuestas
falsas, la verdad es que la pobreza creció, que los precios en el supermercado,
de la luz, del gas, del agua, del combustible subieron, que cada vez hay más
personas durmiendo en las calles, que cada vez estamos más cerca del estallido
social. Lo loco no es lo que ellos dicen, lo loco es que haya gente que les
crean esas mentiras tan infantiles, tan bizarras. Nos gobiernan influencers, youtubers,
animés, memes. Algo que nuestros próceres jamás hubieran imaginado. Es como estar
viendo una suerte de tragedia griega visto
como comedia, pero que tiene un único resultado, el cual ya conocemos…
Obvio que acá también tenemos
sus acólitos locales, esos que también buscan romper todo para de esa manera
intentar rapiñar algo, que utilizan el mismo modo payasesco y agresivo, cargado
de odio y mentiras. Sin darse cuenta que estas formas solo tienen vida en
aquellas sociedades que viven en la queja constante y que se creen seres
superiores. Nuestra sociedad busca en todo momento el bien común, es a eso que
siempre se refiere Gildo Insfrán cuando habla que somos un pueblo esclarecido.
A esos les molesta la
igualdad, les molesta la libertad (palabra que la mal usan en todo momento), les
molesta que el pueblo sea el que siempre elige su gobernante las veces que
quiera, les molesta que sea el pueblo incluso el que decida quienes van a ser los que discutan
nuestra nueva Constitución, les molesta porque ellos se consideran mejores aunque
no puedan ganar nunca una elección.
Se termina un 2024 muy
muy raro y triste para muchos, por decirlo de alguna manera, pero con la fe y
esperanza en que el 2025 que se viene, será un gran año, donde una vez más será
el pueblo quien sea artífice de su propio destino.
¡Y lo mejor es que lo
vamos a hacer juntos!
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