En estos tiempos que corren, en esta vorágine vertiginosa en la que estamos metidos, tiempos de redes sociales, donde reinan el individualismo, el egoísmo, el odio y seres grises, es imprescindible parar un poco y observar, mirar no con los ojos sino con nuestras creencias, con nuestros valores, con los que fuimos criados y formados en casa.
Los que abrazamos al Justicialismo como doctrina, como forma de ver y entender la realidad nuestra de todos los días, tenemos un sistema de valores éticos y morales por el que nos regimos y lo usamos como un farol que nos va iluminando el camino, pero no nació en 1945, ni terminó ahí, sino que encontramos un hilo conector que viene de mucho antes y sigue hasta hoy.
Hace más de 2000 años, alguien mucho más grande y sabio que nosotros nos enseñó que debíamos "amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos", único mandamiento que tiene dos partes, por un lado amar al otro, y por el otro amarnos a nosotros mismos; principio ético y moral que nos enseña que el amor y el servicio no es opcional, sino que es fundamental para vivir en armonía y construir una sociedad más justa y solidaria.
Mucho más acá en la historia, en nuestra historia, el más grande estadista que diera nuestro país nos enseñó que "para un argentino no puede ni debe haber nada mejor que otro argentino", resaltando así la importancia de la unidad, la fraternidad y la solidaridad entre todos los argentinos. Es un recordatorio de que debemos trabajar juntos para construir un futuro mejor para todos.
Hoy decimos "la Patria es el Otro", frase que intenta hacernos pensar que la verdadera esencia de una Nación se encuentra en la empatía, en la responsabilidad social. La Patria es el otro lo entendemos como que la patria es la inclusión, la patria es la solidaridad, la patria es la gente, la patria sos vos y soy yo, somos todos.
En un mundo donde pareciera que los valores están desapareciendo, es fundamental volver a ellos para entre todos hacer una mejor sociedad. Regresar a los valores es un acto de resistencia, de esperanza y de fe en la humanidad. Es un llamado a reconectar con lo que nos hace humanos y a construir un mundo mejor para todos nosotros y para nuestros hijos.
Es a esto, entre otras cosas, cuando nos referimos que necesitamos hacer más peronismo.
Sigamos este hilo conector, porque el peronismo no es otra cosa que el Amor convertido en una categoría política. Es el camino para volver a ser felices, porque los días más felices fueron, son y serán los peronistas.
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