¿Hubo
un cambio profundo en las convicciones del Pueblo Argentino? Definitivamente NO.
Lo que hay es incertidumbre mezclada con algo de miedo. Pero ello no significa
que hayan dejado de creer en la Justicia Social, o en la Comunidad Organizada.
No debemos juzgar al Pueblo, sino entenderlo. El Pueblo no traiciona, se cansa. Nos toca saber escuchar y comprender. Nuestro Movimiento no se construyó desde el resentimiento, se construyó en la Fe y en la Esperanza.
Debemos
leer todo esto con humildad. El Peronismo es la única opción que verdaderamente
abraza a todos, y ese abrazo contenedor, cálido y humano, va a hacer mucha
falta en estos años que se vienen.
Desde Formosa tenemos la enorme responsabilidad de mantener viva esa llama, de ser ese Faro que necesita el Pueblo. Nuestro Modelo Formoseño es la prueba concreta de que se puede gobernar para todos y con todos adentro. Mientras en otros lugares reina la confusión, nosotros debemos seguir avanzando con unidad y organización. Eso es lo que nos distingue y eso es lo que debemos cuidar.
Estamos atravesando tiempos en donde algunos creen que la Libertad se construye sin Comunidad y con egoísmo, y que el progreso se logra sin Estado.
Nosotros
sabemos que sin Justicia Social no hay Libertad posible y que el Estado no es
enemigo del Pueblo, sino su herramienta más noble.
No
nos mueve el miedo ni la bronca, nos mueve la convicción de que este Modelo, de
Unidad, de Organización, de Trabajo, de Amor al Pueblo, es el camino correcto.
Debemos ser lo que siempre fuimos: Movimiento y no estructura, Esperanza y no administración, Unidad y no internismo estéril.
Debemos
volver a ser esa voz de los que están gritando con desesperación, con desilusión
y en soledad.
Y recordar lo que decía Aturo Jauretche: “No hay derrota definitiva para los pueblos que todavía sueñan”.
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