En este último tiempo, del
2023 a hoy más precisamente, que mucho me he puesto a pensar en cómo pasamos de
ser el país más avanzado, revolucionario y moderno de América Latina, a
convertirnos en esto: un mamarracho, una vergüenza, una colonia, Costa Pobre, un
hazme reír, como quieran llamarlo.
Y la respuesta es
siempre la misma, volver a esa corriente nacional, a ese ADN bien argentino,
que fue el faro del mundo desde lo filosófico, lo político, lo económico y lo
social: El Justicialismo. Eso que nos hizo ser admirados por todos.
Para que se entienda a
que me refiero, si te enoja que a tu familia o a tu vecino le vaya mal, si te
enoja que se regale el país, si te enoja que unos pocos se lleven todo mientras
la gran mayoría se hunde en la pobreza, entonces sos justicialista. Que no es
otra cosa que mirar todo desde la Justicia Social.
Esta filosofía es la
ética del Pueblo argentino, pero de un pueblo en movimiento, no estático, en movimiento
ante un país herido, dividido, desesperanzado. Una filosofía que entiende que la
política debe servir a la felicidad del Pueblo y a la grandeza de la Nación. Si
no mejora la vida de la gente no tiene sentido, no sirve.
Paso a enumerar, para
mí, aquello a lo que tenemos que detenernos a pensar entre todos:
1. El Justicialismo, un equilibrio
humano
Hoy
la desigualdad pega más fuerte, como hace décadas no pegaba. Hoy la Justicia
Social debe garantizar el plato de comida en cada hogar, defender el salario, recuperarlo,
para que vuelva a ser digno, reactivar la economía desde abajo. Hoy la Justicia
Social es una urgencia
Y
acá es donde toma real importancia las 3 banderas del Justicialismo: Tener Independencia Económica, o sea que la
economía nuestra esté al servicio del desarrollo nacional y no de intereses ajenos.
Para con ello lograr la Soberanía Política,
que no es otra cosa que las decisiones se tomen acá y no en embajadas ni en
otros países, y siempre esas decisiones apuntadas a la Patria. Una vez logrado
estas dos banderas, buscar la Justicia
Social, que es la justa redistribución de la riqueza, es lograr que ningún
argentino quede afuera de la mesa común.
2.
La Comunidad Organizada
Una
visión profundamente humanista, donde todos los actores de la sociedad
participen, el Estado, los trabajadores, el sector productivo, las
Organizaciones Libres del Pueblo, los emprendedores, empresarios, etc.
El
Ser humano no existe aislado sino integrado en una Comunidad que lo contiene y
lo sostiene, y también que lo proyecta.
Rechazar
el individualismo feroz que reina hoy en día, como también rechazar el
colectivismo que aplasta, es de eso que nos hablaba Juan Perón cuando nos decía
que somos una Tercera Posición, somos un justo medio, un equilibrio armonioso.
Es tener una libertad personal en un marco de responsabilidad social.
3.
El Pueblo, Sujeto histórico y
espiritual
E
Pueblo como protagonista de un proceso histórico. Hoy ese Pueblo, que somos
todos, está cansado, enojado, desorientado. Entonces está mirando mucho, observando
muy atento a quienes realmente están en esta dirección. Pero con desconfianza.
Entonces hay que volver a enamorarlo, mostrarle que la fe y la esperanza no son
un recuerdo, sino que es hacia donde tenemos que construir.
4.
El Trabajo como dignidad
Que
vuelva a ser el motor de la realización personal, esa herramienta de
construcción colectiva. Cuidar y proteger a los empresarios y a las Pymes por
supuesto, pero con derechos laborales, con sindicatos fuertes, con cooperativas
fortalecidas. Hay que entender que sin trabajadores fuertes no hay Nación
fuerte.
5.
El Estado como garante del Bien
Común
El
Estado es el mejor aliado que tiene el Pueblo, es quien garantiza que las
inequidades se reduzcan. Es quien interviene ante las injusticias, y también
saber retirarse una vez que la Comunidad se organiza.
Debe
ser el promotor del desarrollo nacional.
6.
El Amor como política
Hoy
en día esto es muy importante entenderlo, porque estamos viviendo en tiempos de
mucho resentimiento, donde reina la política del odio, del sálvese quien pueda.
Hoy la Redes Sociales, los Medios de Comunicación, los oportunistas, propagan
ese odio, lo organizan y lo inculcan, y se alimentan de él, porque es fácil y
vende.
Evita
nos enseñó que “donde hay una necesidad,
nace un derecho”, ese es nuestro norte. La política es servicio, es
entrega, es responsabilidad, es compromiso, en definitiva es Amor.
7.
Las 20 Verdades
Ahí
está la base moral del Justicialismo. Una mezcla de una filosofía popular
(arandú), de doctrina práctica, de espiritualidad y de disciplina.
En
mi libro “Juan Domingo Perón, su
pensamiento”, hago un intento de explicarlas y traerlas a la actualidad.
Habla
de movimiento, de pueblo, de justicia, de organización, de lealtad, de un
destino colectivo. Es en resumen una propuesta humana, donde cada argentino
pueda vivir bien, trabajar con dignidad, participar del destino común y servir
a la Patria.
Cerrando este 2025,
estamos atravesando una tormenta política, económica y social, y asoma un 2026
igual o peor. Hay mucha incertidumbre,
hay desilusión, hay hartazgo en gran parte de la sociedad.
Por eso esta filosofía
es una mirada humanista, para volver a encontrarnos entre todos, organizarnos y
levantarnos.
Hoy tenemos un desafío
como Sociedad, que es reconstruir nuestro país desde la Dignidad Humana, desde
la Unidad Social. ¡Hagámoslo!





