jueves, 19 de abril de 2012

Modelo Formoseño = Inclusión, Equidad, Educación para todos




Destacan las importantes reivindicaciones logradas por los aborígenes en la provincias


Al conmemorarse este 19 de abril el “Día del Aborigen Americano”, fecha reivindicatoria de los derechos de los pueblos originarios, desde el gobierno provincial se considero oportuno recordar algunos de los muchos logros que los pueblos originarios han tenido en la provincia.
Sobre el particular fue significado en principio que “en materia legislativa, en el año 1.984 se sancionó y se promulga la Ley Nº 426 – “Ley Integral del Aborigen”, siendo nuestra provincia pionera en el país en cuanto al reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, reconocimiento legal a sus comunidades; la entrega en propiedad de las tierras y la educación intercultural bilingüe”. También que en comicios democráticos, cada etnia elije a sus representantes que pasan a ser parte de la conducción del Instituto de Comunidades Aborígenes.
Se aludió que “posteriormente esos derechos fueron introducidos en la Constitución Provincial en las reformas de los años 1.991 y 2.003, y en la Constitución Nacional en la reforma del año 1.994, donde tuvieran activa participación nuestros diputados convencionales constituyentes formoseños, entre otros, nuestro actual gobernador, Gildo Insfran; y el vicegobernador, Floro Eleuterio Bogado y el ex interventor Federal en la Provincia, Don Horacio Gorleri”.
Los pueblos
En Formosa existen tres etnias: Toba (Qom), Pilagás y Wichí. De estos tres pueblos, los dos primeros pertenecen al grupo lingüístico Guaycurú, mientras que el Wichí al grupo Mataco Mataguayo. Corresponde a la etnia Wichí el mayor número de población, siguiendo en orden decreciente la Toba y luego la Pilagás.
Los Wichí viven en el centro oeste de la provincia; los Pilagás en el centro norte y los Tobas en el centro este y oeste formoseño.

Los datos son aportados por la jefa del departamento de Educación Intercultural Bilingüe, María del Pilar de la Merced, quién avanza en su enriquecedor y actualizado informe en que los pueblos originarios, representan cerca del 8% de la población total. De ese porcentaje, a su vez, la etnia Wichí suma el 54%; la etnia Toba suma el 34% y la etnia Pilagás el 12%.
Actualmente, existen alrededor de 182 comunidades con rasgos de estabilidad. Unas cuarenta corresponden al grupo Toba (Qom) y se encuentran en la zona este de la provincia. Asimismo, en la región central ocupada por los Pilagás se distribuyen poco más de veinte comunidades aproximadamente.

El resto de la provincia, es decir la región oeste, está ocupada por los Wichí, que es el grupo más numeroso, distribuido en cerca de un centenar de comunidades. Si bien la población aborigen se encuentra asentada mayoritariamente en áreas rurales, el porcentaje de variación aumenta en los departamentos del oeste provincial.
Hay pocos núcleos urbanos, pero a su vez, existen varios núcleos periurbanos en Ingeniero Juárez, Clorinda y en Formosa capital. Uno de los logros más importantes del modelo formoseño es haber conseguido que el 99.8% de las comunidades indígenas posean tierras mensuradas y con títulos de propiedad.
A la fecha se entregaron más de 300.000 hectáreas de tierras en propiedad comunitaria y más de 1.500 títulos individuales, “cumpliéndose así, con uno de los más caros anhelos de los pueblos indígenas y por el que tanto lucharon”.
“El Gobierno entrega las tierras con la garantía que asegura su protección, que no pueden ser transferidas, embargadas ni enajenadas. Hay que destacar que antes de la Ley Nº 426, no había una Ley Nacional que tratara sobre la propiedad de las tierras de los pueblos indígenas”, se aludió.
Organización socio-cultural
En lo que concierne a su organización sociocultural, son sociedades simples, organizadas igualitariamente, con absoluta libertad para abandonar el grupo y para disentir, con respeto por la autonomía personal, por el sentido de pertenencia y con fuertes vínculos primarios. Las comunidades de pueblos originarios poseen capacidad para la convivencia y una gran flexibilidad ante los cambios, con reciprocidad entre los miembros de un mismo clan, ya sea por parentesco o por prestigio.
La autoridad está basada en cierta reputación o habilidad para algunas actividades. Pero en general son sociedades orales en las que tiene valor la palabra. Socialmente, la mujer es la transmisora de la cultura ya que está, aún hoy, encargada de la educación y ésta está regida por la libertad, la persuasión y el consenso.

De la población indígena, los Wichí, los Pilagás y, en menor grado, los Tobas (Qom), todos hablan el idioma tribal. Mientras que pocos –especialmente los jóvenes, no así los ancianos y mujeres-, hablan corrientemente el castellano. Por lo tanto, la comunicación resulta de una gran diversidad, adoptando ellos la función de traductores o decodificadores en esta relación.

Reivindicaciones reales
Desde la Ley Provincial Nº 426 – Integral del Aborigen, y muy especialmente en el marco del modelo formoseño, toda una historia de reivindicaciones se hizo realidad; la propiedad de sus tierras; la documentación y registro de personas; la extensión de servicios de salud por agentes sanitarios aborígenes; la incorporación a la seguridad social (pensiones por edad e invalidez); la incorporación al empleo público en el rubro de servicios (maestros auxiliares aborígenes, agentes sanitarios, delegados de registros); la formación de jóvenes con salidas laborales (agricultura, apicultura).
Las comunidades están organizadas legalmente como asociaciones civiles, lo cual permitió la titularidad de sus tierras y el avance en la ocupación de espacios propios en el contexto provincial. En relación con su organización socioeconómica, las comunidades indígenas de Formosa han desarrollado una economía basada en diversas actividades tradicionales y también modernas, como por ejemplo a la recolección de frutos del monte, le han sumado y de manera fuerte y agregándole tecnología, la agricultura y ganadería –en menor escala-, la producción de miel y la fabricación de diversas artesanías.
En ese sentido, los Wichí, los Pilagás y los Tobas (Qom), además ofrecen su mano de obra en trabajos temporales y estacionales en propiedades privadas. A partir del acceso a la propiedad de la tierra se iniciaron procesos de ganadería mayor y menor, de agricultura para alto consumo y de apicultura en algunas regiones del oeste.
Las incipientes actividades económicas son principalmente para autoconsumo. Entre otros cultivos, figuran: zapallo, coreanito, maíz, sandía. De todas maneras es de destacar la extensa superficie que cultivan, la mayor parte destinada al autoconsumo y otras actividades requirieron del apoyo económico, técnico y financiero de organizaciones públicas y privadas, para el montaje de las infraestructuras mínimas y necesarias para estos emprendimientos productivos.
Lo educativo
Dentro de la evolución en todos los órdenes que han tenido los pueblos originarios de la provincia, el segmento educativo es uno con sello distintivo de “enorme desarrollo” en todos los órdenes.
Unos 17 mil niños y jóvenes aborígenes cursando en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo, casi medio millar de docentes indígenas, 347 establecimientos escolares donde se imparte la educación bilingüe, conforman datos más que elocuentes.
Es así que en la totalidad de las cinco escuelas habilitadas asisten niños aborígenes, en algunas incluso conforman prácticamente toda la matrícula.

Incluso los adultos se han incluido en diferentes cursos de capacitación en oficios, incluso en algunas actividades como la de guías turísticos, indicativo de su activa inserción en los diferentes ámbitos sociales de nuestros tiempos.

Salud
Respecto a lo vinculado a la salud, fue marcado el hecho de que “trabajan las parteras tradicionales, los enfermeros y los agentes sanitarios, que atienden la salud primaria en sus comunidades”. Aquí se significó que se construyeron hospitales, centros de salud, salas de primeros auxilios y hay alrededor de 30 mil beneficiarios del seguro de salud, quienes con la presentación del carnet, reciben atención médica y medicamentos gratuitos en los centros de salud donde son atendidos.
“Las personas que son evacuadas a los centros de salud de esta ciudad, Hospital Central, Hospital de la Madre y el Niño y Hospital de Alta Complejidad, reciben atención durante su tratamiento en esta, con medicamentos, a sus acompañantes se los ayuda con comida, alojamiento y, cuando son dados de alta se les otorga pasajes para que regresen a sus lugares de origen”, se abundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario