“Quien razona
con la lógica humana, la de los méritos adquiridos con la propia habilidad,
pasa de ser el primero a ser el último. En cambio, quien se confía con humildad
a la misericordia del Padre, pasa de último a primero”. Esto fue expresado por
el Papa Francisco citando a Mateo 20, 1-16 y género un vendaval de artículos
periodísticos que malinterpretaron los dichos del Sumo Pontífice. Este hecho, además, se originó dentro de un
contexto de una cita previa de nuestro Presidente Alberto Fernández, que días
antes de lo citado por el Papa, expreso: "Lo único más que debería desear
es que cada argentino pueda nacer, crecer, estudiar, trabajar, construir una
familia, estudiar en una universidad local, de vivir feliz y de morir feliz en
la provincia en la que ha nacido. Ese debería ser un objetivo de cada uno de
nosotros. El día que eso pase, Argentina les habrá dado oportunidades a todos
por igual"
Esta frase no
nos resulta extraña a los formoseños ya que nuestro mandatario expresa
continuamente que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Y es justamente lo que nos dice el Papa
Francisco “Las mejores sociedades son las que, precisamente, a todos les dan la
oportunidad de desarrollarse". No puede haber mérito si las condiciones
(el punto de partida) no son iguales para todos.
El mérito, como
idea muy cercana a la declamación que hace Juntos por el Cambio, es una
deformación contradictoria del sentido común, ya que se impulsa su aceptación
sin considerar el concepto de equidad. Y esto transforma la acepción del mérito como una legitimación
ética de la desigualdad.
Atacar el
mérito, visto como un fin, no es atacar la clase media sino tender un puente
para que más personas puedan llegar a ella, creando las condiciones sociales
básicas (educación, salud y trabajo). Es ratificar la promesa del ascenso social.
En este sentido
el modelo formoseño, llevado adelante por nuestro Gobernador, es un proyecto
coherente previsible y serio que genera políticas activas para derrotar años
de atraso y postergación que fueron
impuestos a nuestra provincia. Y en esto la educación es la cara de la equidad
y de la justicia social.
El objetivo de
garantizar la inclusión y la calidad educativa, en suelo formoseño, se ve
plasmado en la realización de 1375 obras
educativas durante la gestión de nuestro Gobernador. El modelo educativo integral en nuestra
provincia es inclusivo, gratuito y además incluye a todos los pueblos
originarios de la provincia con educación intercultural bilingüe. Garantizando
también alimentación digna a través de los comedores escolares y salud por medio
de la asistencia de los hospitales y centros de salud establecidos en su lugar
de origen.
También las
oportunidades de trabajo están presentes, como por ejemplo a través de la
reciente inauguración de la obra hidrovial que lleva agua hasta la localidad de
Pirané, que constituye en un eje de desarrollo para toda la región, creando
nuevas oportunidades productivas y de empleo.
Por ello, para
que el mérito sea considerado como algo
valioso y bueno, debe cargarse de sentido primero con la equidad, es decir con
el amor puesto en obras, de tal forma
que no excluya a nadie. En otras palabras, que incluya a todos. También a los
que desacuerden con que todo lo hecho los beneficia desde ahora
hasta su descendencia. Porque el mérito transforma la realidad, sólo con la
equidad como primera causa. Y se convierte en base para realizarse en una
Comunidad que se realiza.
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