Este lunes 12 de Febrero, el Papa Francisco recibe al Presidente Javier Milei en el Vaticano. Y muchos nos preguntamos ¿Qué nos está queriendo enseñar o mostrar Francisco con esta acción?, ¿Porqué recibe al político que más lo insultó durante su campaña?.
Este
acto de Misericordia del Papa abre un nuevo escenario y muestra que la Fe y la
Política a veces van de la mano. Pero no la política partidaria ni politiquería,
sino política entendida como herramienta para mejorar la vida de las personas.
La
Fe no es solo una idea, un sentimiento o una emoción, es un encuentro, un acto,
un testimonio, una luz. El sujeto del acto de fe es el entendimiento y su
objeto lo verdadero; pero de alguna manera interviene la voluntad, pues como
dice Agustín de Hipona: “nadie puede
creer sino queriendo”.
El
Santo Padre sabe que Vox Populi, Vox Dei
(la voz del pueblo es la voz de Dios) es por ello que la invitación fue algo
inesperada y descolocó a propios y extraños de la Iglesia y de la Política
Argentina. Con este gesto el Papa, en su inmensa sabiduría pone “la otra
mejilla”, una enseñanza concreta sobre la tolerancia y la reconciliación.
Este
mismo Papa dijo, con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres, que "la pobreza es un
escándalo" y pidió que se
escuche "el grito de dolor de los
más necesitados”, "sofocado por la indiferencia general de una sociedad
ocupada y distraída".
La
misión del Papa es movilizar a los cristianos por la oración y la acción ante
los desafíos de la humanidad. Y busca que la Argentina toda supiera de los
Valores de Jesucristo y así intentar llegar al corazón del Presidente Milei.
El Evangelio de Marcos
2:17 reza “Al oír esto Jesús les dice: No
necesitan médicos los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores”. Quien se
detenga a interpretar en este versículo, desde el contexto histórico de Jesús,
podría pensar: ¿A dónde quiere llegar este maestro?. Las personas a las cuales
convoca no son las más exitosas, no representan lo mejor de la sociedad, y hasta
hay algunos de moral dudosa. Pero el Reino de Dios viene y cuestiona nuestros
criterios. Por eso, de entre todo el gentío, Jesús ve a Leví y le llama. Es una
llamada personal e intransferible. En este momento es a él a quien llama,
porque sabe que en ese hombre aparentemente indigno, hay semillas del Reino,
hay escondido un hijo de Dios y un apóstol que puede salir a la luz a lo largo
del camino.
El
Santo Padre no está invitando solo al Presidente Milei, está invitando a la
sociedad argentina toda, a dejar de lado años de grieta, de peleas, de odios,
nos llama y nos interpela a seguir uno de los valores de Jesucristo que es la
Misericordia, que significa tener un corazón solidario con aquellos que tienen
necesidades. Que la política no nos
divide, lo que nos divide es la falta de aceptación por las creencias del otro,
y de que con ese otro debemos construir un mundo mejor. Está utilizando la
herramienta más poderosa que tenemos que es el diálogo, la palabra, palabra
como motor hacia la acción, como garantía para la Paz.
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