del compañero Jorge Manuel Santander
Entre 1955 y 1973 se sucedieron en la Argentina varios gobiernos de facto, alternando con sus respectivas marionetas; Frondizi; Illía, quienes llegan al gobierno con la proscripción del Peronismo, a quienes ponían cuando les convenía y sacaban cuando dejaban de hacerlo. Lejos, muy lejos de la democracia. Los que lucharon por recuperarla, sin proscripciones, y
sin persecuciones y muertes, propugnando el retorno de Perón y la democracia verdadera han sido, siempre, los peronistas; trabajadores, mujeres, estudiantes, juventudes barriales y provinciales,; más conocido como pueblo. Y pagamos los costos.
La recuperamos, volvió Perón y les ganó a todos; planteó una nueva estrategia para la liberación del pueblo de los imperios, nos entregó su Modelo Argentino y se murió, permitiendo en la desazón la ejecución del plan de las transnacionales y sus socios internos. – «Si esto es así, háganlo cuanto antes. Evítenle a la República una larga agonía [...] No sembraré piedras en el camino, porque entiendo que si hacen lo que presumo, estarán actuando conforme a las exigencias que les impone un estado de necesidad». Ricardo Balbín a Videla 45 días antes del golpe- y así llego el 24 de marzo del 76, y lo que vino después para cobrarle al pueblo su osadía. Y otra vez pusimos los torturados, muertos y desaparecidos; mientras por la otra parte, desde la UCR y otros, pusieron los Gobernadores, funcionarios, catedráticos, jueces y fiscales.
¿Quién es el padre de la democracia?... Recuerdo a Juan Pueblo en las obras en construcción juntando compañeros para planear la estrategia de resistencia de cada momento de estos casi ocho años de oscuridad. Muchas veces. Lo recuerdo perseguido y escarnecido por su militancia. Lo veo en aquel 30 de marzo del 82, cuando Ubaldini toma las posta y en Plaza de Mayo recibimos la más brutal apaleada de la que tengamos memoria. Tiraban los gases a los costados y poniendo al pueblo al medio de la calle, con sus milicos alquilados, rompían cabezas y costillas sin mirar niños o mujeres. Y Juan Pueblo siguió la lucha, con el recuerdo del hermano muerto, del compañero desaparecido, de la vecina torturada y violada por culpa de la foto del Pocho en la heladera y la vida del sobrino que cayó en Malvinas…
Así los corrimos, así recuperamos la democracia… Perdimos las elecciones del 83, pero el nos ganó no es el padre de la democracia. El verdadero y legítimo padre es Juan Pueblo, Juan peroncho, Juan compañero. Y su nombre no está en ninguna calle o avenida. Pero está… en el corazón del pueblo, en los humildes, en los módulos que dan dignidad, en las cooperativas de obreros, en los militantes, en Gildo y en el 76 % de los formoseños.
¡Juan Pueblo Vive, porque Perón volvió en el Proyecto Nacional y Provincial!
La recuperamos, volvió Perón y les ganó a todos; planteó una nueva estrategia para la liberación del pueblo de los imperios, nos entregó su Modelo Argentino y se murió, permitiendo en la desazón la ejecución del plan de las transnacionales y sus socios internos. – «Si esto es así, háganlo cuanto antes. Evítenle a la República una larga agonía [...] No sembraré piedras en el camino, porque entiendo que si hacen lo que presumo, estarán actuando conforme a las exigencias que les impone un estado de necesidad». Ricardo Balbín a Videla 45 días antes del golpe- y así llego el 24 de marzo del 76, y lo que vino después para cobrarle al pueblo su osadía. Y otra vez pusimos los torturados, muertos y desaparecidos; mientras por la otra parte, desde la UCR y otros, pusieron los Gobernadores, funcionarios, catedráticos, jueces y fiscales.
¿Quién es el padre de la democracia?... Recuerdo a Juan Pueblo en las obras en construcción juntando compañeros para planear la estrategia de resistencia de cada momento de estos casi ocho años de oscuridad. Muchas veces. Lo recuerdo perseguido y escarnecido por su militancia. Lo veo en aquel 30 de marzo del 82, cuando Ubaldini toma las posta y en Plaza de Mayo recibimos la más brutal apaleada de la que tengamos memoria. Tiraban los gases a los costados y poniendo al pueblo al medio de la calle, con sus milicos alquilados, rompían cabezas y costillas sin mirar niños o mujeres. Y Juan Pueblo siguió la lucha, con el recuerdo del hermano muerto, del compañero desaparecido, de la vecina torturada y violada por culpa de la foto del Pocho en la heladera y la vida del sobrino que cayó en Malvinas…
Así los corrimos, así recuperamos la democracia… Perdimos las elecciones del 83, pero el nos ganó no es el padre de la democracia. El verdadero y legítimo padre es Juan Pueblo, Juan peroncho, Juan compañero. Y su nombre no está en ninguna calle o avenida. Pero está… en el corazón del pueblo, en los humildes, en los módulos que dan dignidad, en las cooperativas de obreros, en los militantes, en Gildo y en el 76 % de los formoseños.
¡Juan Pueblo Vive, porque Perón volvió en el Proyecto Nacional y Provincial!