Y también les copio la versión taquigráfica por las dudas q no puedan escuchar el audio:
Sr. Presidente:
Bastaría en mi ánimo fundar el
voto afirmativo a este proyecto del presupuesto, con la sola afirmación de que
incluye más del 44% del mismo en la Seguridad Social , lo cual fundamenta el sistema
de seguridad social argentino, que es lejos el mejor de América Latina, por
todos los indicativos: por la tasa de sustitución, por el nivel de cobertura,
por el régimen de movilidad, por la inclusión de 2.500.000 jubilados, por
3.800.000 asignaciones familiares.
Pero siguiendo atentamente el
debate, del día de la fecha, me hago una pregunta. ¿Por qué lo que ha campeado
sobre todo en los argumentos de la oposición, es que la Nación se apropia de los
fondos de las provincias?. Alguna vez he dicho en este recinto, hace varios
años, qué es la Nación. La
Nación, señores, tiene tres componentes: dos materiales, que son el territorio
y el pueblo, y uno espiritual, que es el sentido de patriotismo, el sentido de
pertenencia, al cual me he referido varias veces.
Pero si la Nación , sus componentes son
el territorio y el pueblo, cuando la
Nación aparentemente toma fondos: ¿Dónde los invierte, sino
en su territorio y en su pueblo? Hete aquí, que el eje central de las
argumentaciones de la oposición carece de la más mínima lógica.
Pero debiéramos entrar en lo que
oculta esta afirmación absolutamente absurda, de que la Nación podría existir fuera
del territorio y del pueblo, que son las provincias. Y ¿cómo concebimos el
federalismo? Obviamente, hay una primera concepción del federalismo, que es una
especie de contrato sinalagmático, tanto factura mi provincia, tanto me
debieran dar. Y hay otra concepción del federalismo, que es la concepción de
las provincias marginales, que es una concepción de la Justicia Distributiva :
tanto necesitamos en tal territorio, o en tal población o en tal sector de
nuestra comunidad, tanto le debemos dar. Decididamente, este presupuesto
refleja esta concepción, la concepción distributiva de los fondos de la Nación , que no se apropia la Nación , se invierten en el
territorio y en el pueblo. No tiene otra forma de hacerlo.-
Pero, realmente, cuando uno
razona el por qué de esta distribución, que alguno lo justificó desde mi
bancada, en esa toma de decisiones políticas. Yo soy de los que tengo como una
verdad: que los grandes problemas que aquejan a la Argentina derivan en
gran parte del desequilibrio en el desarrollo de las regiones de la Pampa Húmeda y sobre
todo en la gran macrocefalia del gran Buenos Aires. Yo soy de los que creo que
la única alternativa que tenemos es justamente, desarrollar las regiones y
permitir a cada habitante de nuestro país, que tenga trabajo, salud, vivienda,
justicia, educación, y se desarrolle en el terruño que lo vio nacer. Y que si
se extrañara de él lo fuera por voluntad propia y no por falta de las
condiciones de trabajo y de infraestructura mínima.
Y creo que si llegamos a
ponernos de acuerdo, los argentinos en esto, vamos a resolver muchísimos de los
problemas de salud, justicia, educación, seguridad pública, seguridad social
que se tiene en el Conurbano bonaerense, en el gran Córdoba y en el gran
Rosario. Y esto está en este presupuesto.
En la visión de las grandes
obras de infraestructuras, siempre me
refiero a lo que hemos denominado en el Norte Grande: el eje de capricornio.
Quizás los que no sean de nuestras provincias del Norte, del Nordeste y
Noroeste, no vislumbren lo que significa para nosotros, por ejemplo la ruta 81,
lo que significa que por primera vez tengamos una red de 500 kilowatts que va
desde El Bracho y termina en Iguazú; lo que significa para nosotros ese
gasoducto que está viniendo, y en el caso de Formosa en particular, la
reparación y la puesta en marcha de nuevo del ramal C-25, que son 700 kms que
nos unen con Salta.
Porque nosotros somos provincias
que hemos quedado marginadas por políticas nacionales, al punto que nunca nos
hicieron el ferrocarril hasta Resistencia, por un viejo problema histórico y
una concepción aislante de nuestra provincia.
Pero dicho esto, que son las
causas que motivan mi voto, quiero hacer un minuto de reflexión, sobre alguna
de las cosas que están pasando en nuestros debates. Me voy a permitir como
procuro hacer siempre, dar un ejemplo: el 13 de noviembre del 73, Perón convocó
a toda la dirigencia política argentina, a la Casa Rosada , y nos
exhortó a constituir una comunidad política y a defender un sistema democrático
integrado. Existe, decía el General, una campaña sistémica contra los hombres
políticos, a los cuales nosotros contribuimos quizá inadvertidamente, al
atacarnos sin la altura necesaria. Respetémonos en nuestra diversidad, evitemos
tristes debates, como los que hemos tenido en el día de la fecha. Varias
calificaciones y peor aún, descalificaciones que nos hacemos sólo por hecho de
pensar distinto, sólo hacen que, así como antes Perón decía que al hacerlo, el
Pentágono se hacía un sainete con nosotros, hoy los medios de comunicación se
hacen un sainete con nosotros, y están procurando convencer al pueblo que la
política es mala y que nosotros somos los culpables de sus desgracias.
Por último, aquel Presidente
norteamericano dijo: “Es la economía, estúpido.” Nos dijeron: “Es la soja,
estúpido”, nos dijeron: “Es el viento de cola, estúpido.” Yo apoyo este
presupuesto, porque: ES la política, y no quiero calificar como estúpido, al que
piensa diferente.
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