CONVERSACIONES CON MI ABUELO
Una
tarde de Domingo, como cualquier tarde de nuestros domingos en Formosa, en
donde la familia se reúne al mediodía alrededor de una mesa para continuar de
charlas hasta la tardecita, me quedo con mi Abuelo Beto a que me cuente esas
historias fantásticas de cómo era todo cuando él tenía mi edad, yo me llamo
Juan y tengo 10 años, mi abuelito ya tiene 70 y tiene mil relatos y lo mejor es
que me encanta escucharlo cuando me los cuenta.
Mi Papá
dice que el abuelo es una persona muy vivida, de muchos valores y muchos
consejos, y algo que me repite en todo momento el abuelo es que haga lo que
haga cuando sea grande tiene que servir para mejorar nuestra comunidad. Y lo
más lindo que tiene es que le encanta contarme estas historias.
Siempre
me dice que para entender un poco de porqué somos como somos en Formosa, hay
que conocer un poco de nuestra historia, de cómo fue que llegamos a ser lo que
somos hoy. Y así empieza todo:
Te voy
a contar Juancito como nacemos… todo empezó hace muchos años luego de una
Guerra muy fea, como toda guerra, pero ésta además fue muy cruel e injusta, se
llamó “Guerra de la Triple Alianza”, pero acá la conocemos como “Guerra de la
Triple Infamia”.
Cuando
termina esta guerra en 1870, pasan unos años y en 1879 fue Luis Jorge Fontana,
que es quien fundó Formosa, en su barco a buscar a toda la población argentina
de un pueblito llamado Villa Occidental que estaba frente a Asunción (Asunción
les cuento que es una Ciudad muuuy linda a la que solemos ir de seguido porque
ahí vive parte de mi familia, primos, tíos y otros abuelos, y cada vez que
vamos nos divertimos mucho porque nos queremos mucho con los paraguayos); Bueno
sigo, este señor Fontana subió a todos a su barco y vino por el río hasta un
lugar ya conocido y donde había incluso ya gente que vivía, se lo llamaba al
lugar en esa época “La Vuelta Fermosa” (dice mi abuelo que en el español
antiguo eso significaba la vuelta hermosa), un lugar donde el río Paraguay hace
una curva y su paisaje es muy lindo, lleno de árboles, frutas y pájaros.
Bueno,
el tema es que ahí arranca todo dice mi abuelo, empezamos como un Territorio
Nacional en el que como formoseños no podíamos decidir nada ni proponer nada,
hasta que luego de muchos años, en 1955, un grupo de vecinos logran llegar a
Buenos Aires y reunirse con el que era Presidente de nuestro País en esos años,
se llamaba Juan Domingo Perón, y así pudimos ser reconocidos como Provincia al
fin. Pero esto fue el 28 de Junio de 1955, y unos meses después, el 16 de Septiembre
de ese año, le hacen un Golpe de Estado a este Presidente, así que nos quedamos
otra vez a la buena de Dios (así dice mi abuelo). Sigue siempre su relato, que
recién tuvimos una Constitución Provincial en 1957, y la primer elección a la
que se pudo votar fue en 1958, pero con una partido político que estaba
prohibido, justo el partido político de ese señor que nos había dado la
posibilidad de ser Provincia. Es recién en 1973 que se puede votar a todos
libremente y acá en Formosa gana ese mismo partido político del que mi abuelo
siempre me habla. Pero no sé bien que pasó después, porque a Formosa la
intervienen nuevamente a los pocos meses, así que recién recién podemos decir
que es en 1983 cuando empezamos a elegir
libremente y decidir por nosotros. Pero todo ello, sigue el relato mi abuelo,
hizo que seamos una provincia que nunca se desarrolló en forma adrede, no
teníamos conexión ni con el Chaco. Es por eso que muchos años después, el 28 de
mayo del 2003, otro Presidente del país, del mismo partido político que aquél
que nos dio la provincialización, junto con el Gobernador de nuestra provincia,
firmaron algo que se llamó “Acta de Reparación Histórica”, que según dice mi
abuelo era algo largamente adeudado con nosotros desde Nación, porque hasta habían
encontrado documentos en un lugar llamado Cancillería, que en el caso de otra
guerra con el Paraguay o con el Brasil, Formosa podía entregarse, así que nunca
la desarrollaron dejando a toda la población a la buena de Dios (esa frase le
gusta decir a mi abuelo siempre). Esa Reparación Histórica no era plata como
algunos creen, era poner a Formosa al mismo nivel que sus hermanas provincias
de la Región: Caminos, hospitales, escuelas, colegios, electricidad, rutas, y
varios puntos más.
Es por eso que los formoseños son
agradecidos por siempre, dice mi abuelo, con estos Presidentes y con este
Gobernador, cosa que muchas veces en otros lugares no entienden porque no nos
conocen ni saben de todo esto.
Bueno, acá viene lo más lindo para
mí: las historias de aquella Formosa que no conocí.
Yo: Abuelo Beto hace
mucho calor, ¿Cómo hacían antes con este calor cuando se cortaba la luz como
siempre contás?
Abuelo: “Vos no sabés Juancito lo que eran aquellos
veranos en Formosa, el aire acondicionado casi no existía por acá, sólo algunos
lo tenían, ventiladores sí teníamos casi todos, el tema es que siempre se
cortaba la luz, habían cortes programados a la siesta y a la noche, porque la
electricidad que teníamos venía desde el Chaco y desde Paraguay. A la siesta íbamos
al río a refrescarnos porque no quedaba otra para pasarla un poco mejor, pero
cuando se cortaba la luz a la noche era toda una aventura, o sacábamos nuestros
colchones al patio, o a veces a la terraza para que soplara un poquito de
viento, y ahí venían las peleas con los mosquitos, porque no había mosquiteros
para todos, el espiral y el repelente eran nuestros aliados. Y más de una vez
despertarnos y entrar corriendo a la casa a la madrugada porque se largaba la
lluvia, yo tenía una radio chiquita que prendía y se escuchaba programas de
otros lugares del mundo y el juego con tu papá y tus tíos era adivinar de donde
era la emisora porque los idiomas eran muy raros, ja”.
“Una vez era tanto el calor, que tu abuela se descompuso
y no había luz en toda la ciudad, fuimos al puerto, no existía costanera en ésa
época, a ver si el viento aplacaba un poco ese fuego que suele sentirse en los
veranos en Formosa. Pero tampoco había viento al costado del río, así que
pudimos conseguir una habitación en uno de los pocos hoteles que había, ya que
ellos sí tenían electricidad porque tenían generadores propios, y gracias a eso
tu abuelita pudo recuperarse y descansar”.
“Cuando te cuento de esa Reparación Histórica, ese fue
uno de los puntos que primero aparecieron. A partir de ahí Formosa tiene una
planta de 500 kilovoltios, que hace que reciba toda la electricidad y de ahí se
transporta a toda la provincia, pero aún falta una Obra más que hará que se
genere la electricidad acá mismo, así ya no vamos a tener cortes, como cada
tanto solemos tener, o esos bajones de luz que hacen que se descompongan
nuestros artefactos, ya no vamos a tener que depender de otros. Se llama
CAREM”.
Yo: Pero abuelo, eso
me dijeron en la escuela unos compañeros que puede llegar a ser peligroso, porque
puede dañar y contaminar el medio ambiente.
Abuelo: “El CAREM Juancito, es un Reactor que genera
energía y se va a instalar dentro de lo que es el Polo Científico y Tecnológico
que tenemos acá, o en algún otro lugar que se está analizando. Algunos le
tienen miedo al Reactor porque les dijeron que era muy peligroso, pero todas
las autoridades nucleares del País, que son los que saben, dijeron que ese
riesgo era inexistente ya que no es en sí un Reactor Nuclear, sino más bien es
una Planta Química purificadora de Uranio, controlada y regulada por las
autoridades competentes. Plantas Químicas Juancito son también las Plantas
farmacéuticas que tenemos en nuestro Parque Industrial, las bioquímicas que
hacen detergente, lavandina, etc., tiene para algunos mala propaganda, pero
porque ellos desconocen todo esto y entonces el miedo les hace pensar así. Pero
nadie, ningún gobierno, sea del color político que sea, haría algo que ponga en
peligro de vida a la gente, de eso quédate tranquilo. Y ojalá ustedes no tengan
que pasar todas esas aventuras que nosotros tuvimos que pasar durante muchos
años porque la luz nos jugaba esa mala pasada”.
Yo: Ojalá abuelo
porque no sé si voy a aguantar sin aire acondicionado, ni Televisor, ni
internet. ¡Muy aburrido voy a estar!. ¿Y el tema del agua abuelo? A veces no
hay, a veces hay mucha, ¿Cómo lo que es?
Abuelo: “Uff, mirá… te sigo contando, esos cortes de
energía traían algo que era que no llegue el agua a las casas. No sabés lo que
era eso, porque a veces pasaban días sin que tengamos agua corriente, tu abuela
como todas las madres se veían en figuritas a la hora de cocinar y lavar la
ropa, ni hablar de limpiar la casa y tirar la cadena del baño. Preguntale a tu
papá como tenían que hacer cuadras de cola, varias veces al día, con un balde
en cada mano porque sólo en algunos grifos en la ciudad tenían agua, por lo
general las escuelas, o en camiones que ponía la municipalidad en los barrios.
Tu papá y tu tío, que tenían más o menos tu edad siempre se quejaban que le
dolían las manos y los brazos porque los baldes le pesaban mucho, y eran horas
de cola en el rayo del sol para poder llegar a la canilla cuando les tocaba el
turno”.
“A todo eso súmale que el río cuando no traía inundación
traía sequía, entonces era todo muy difícil. Una vez, en el año 1983 fue tan
grande la inundación que ese año no hubo clases, todo se inundó. Nosotros
tuvimos la suerte de tener la posibilidad de irnos a Córdoba a un pueblito
llamo Tanti, nos tuvimos que ir más de un mes hasta que el agua bajara. Para tu
papá y tu tío fue muy divertido siempre recuerdan, pero para nosotros fue todo
un sacrificio, no sólo de dinero, sino el dejar todo de un día para otro y
tener irnos dejando todo acá. Y nosotros porque pudimos irnos, la gran mayoría
de la gente tuvo que albergarse en escuelas, y muchos barrios que eran de
terreno bajo tuvieron que desaparecer, ahí nacieron otros barrios en zonas más
altas que no existían para esa época, que por armarse rápidamente por el agua
que se venía los techos los hicieron de chapa cartón, que tiene un color negro,
entonces la gente le llamaba a ese barrio “Camerún”, que después se llamó Eva
Perón, luego como era muy grande vino el Juan Domingo Perón, y después creció
tanto esa zona de la ciudad que aparecieron muchos barrios más, lo que hoy
ustedes conocen como el Circuito Cinco. En esos años llegar ahí era toda una
travesía y hoy están totalmente integrados a los demás barrios”.
“Así es con el agua Juancito. Hoy eso ya casi no pasa, y
de seguro va a pasar cada vez menos, hoy gracias a esa Reparación Histórica y a
una planificación del gobierno, casi todas las ciudades de toda la provincia
tienen una Planta de purificación de Agua Potable, y no sólo la gente sino
también el campo y los animales están muy agradecidos. Y en cuanto a las
inundaciones, que cada tanto el río se viene con todo, se construyeron defensas
bien altas que rodean y protegen la ciudad. Hasta incluso hace unos años
tuvimos que alojar a vecinos de Alberdi, esa ciudad paraguaya que está del otro
lado del río, que se ve desde la costanera, ya que ellos no tenías barreras con
la altura indicada. Son paraguayos, pero para nosotros son hermanos, el río no
nos separa sino que nos une, y estuvimos muy contentos de poder ayudarlos. Tu
papá trabajó mucho en esa época asistiéndolos y ayudándolos, cosa que nos puso
muy contentos a tu abuela y a mí, porque nosotros venimos del Paraguay, algún
día te contaré de cómo tu bisabuelo peleó la Guerra del Chaco y de cómo la
Argentina nos acogió a nosotros cuando nos tuvimos que exiliar teniendo yo
apenas meses de vida. De ahí viene toda nuestra historia en Argentina, pero eso
te contaré en otro momento. Es tal la relación con el Paraguay que si vos te
parás un día a mirar en la costanera hacia Alberdi vas a ver como ellos vienen
en barquitos ya que varios de sus hijos vienen a las escuelas acá, o a
atenderse en hospitales de acá, y vas a ver también muchos formoseños que van
porque trabajan allá. Y lo mismo pasa en Clorinda con Nanawa que está del otro
lado, o con Asunción que está un poquito más allá”.
Yo: y como era el
tema de las escuelas y colegios abuelo, porque mi papá me dice que habían muy
pocos, que no toda la gente podía estudiar.
Abuelo: “Eso también era todo un tema Juancito, las
últimas escuelas grandes que se habían construido en toda la provincia fueron
durante los Planes Quinquenales de Perón. Habían otras que eran más chicas. En
cuanto a la Escuela primaria, había en todas las ciudades, ahí no existían
mayores problemas. El drama era la Secundaria, porque la mayoría de los Pueblos
del interior no contaban con Colegios, en esa época la educación pasaba todo
por la Nación y por aquello que siempre te cuento de que éramos una provincia
olvidada adrede desde el centro del País, no les importábamos mucho, éramos
sólo un número. Entonces si en tu pueblo no había colegio secundario y querías
que tus hijos continúen sus estudios, se tenían que mudar a otras ciudades con
apenas 12 años, si tenían la suerte de tener amigos o parientes que vivan en
esas ciudades. Todo un tema”.
“Acá en Formosa había, si no me equivoco, algo así como 8
o 9 colegios nada más. Era tanta la demanda que el ingreso era por sorteo,
muchos quedaban afuera y tenían que esperar mejor suerte al año siguiente”.
“Por supuesto esto tenía sus bemoles malos, pero algo
bueno que tenía era que debido a eso no existían diferencias sociales en
nuestra ciudad, porque eran compañeros de colegio, desde el hijo del vendedor
de chipas hasta el hijo de un gran empresario, que si le preguntás a tu papá,
sus mejores amigos hasta el día de hoy son los que hizo en la secundaria, y lo
bueno es que son muy unidos”.
“Ese fue otro de los puntos fuertes de la Reparación
Juancito, hoy ese desarraigo, sobre todo en el interior ya no pasa, en cada
rincón la provincia podes ver esos techos azules, con jardín, primaria y
secundaria, cada pueblo, ciudad o paraje tiene todo esto; y acá en la ciudad
capital todos los barrios cuentan también con ellos. Toda una planificación y
un acompañamiento desde el gobierno para que todos los formoseños puedan
estudiar. Si a eso le sumas la Universidad Nacional de Formosa, que tiene
también toda una historia de lucha para que podamos tener Universidad pero que
te la contaré en otro momento porque es muy larga. Así que gracias a Dios hoy
nuestros hijos y nietos pueden, gracias a la Educación Pública, llegar a concluir sus estudios y eso
le genera una mejor calidad de vida no solo a ellos, sino a toda su familia, y
también hace que cada vez seamos una mejor sociedad con igualdad de condiciones
para todos. Este es uno de los grandes logros del Modelo Formoseño Juancito, y
todo lo que eso trae aparejado con la Cultura”.
Yo: Yo aún no sé qué
quiero estudiar aún, mi papá me dice que tengo que estudiar para tener
herramientas y más posibilidades en el futuro, pero yo quiero ser jugador
profesional de rugby o de básquet. Él y Mamá siempre están estudiando, o
leyendo, o mirando esos canales de noticias.
Hay una
pregunta que te quiero hacer abuelo, mi papá siempre me habla de una tía mía
que falleció cuando era chiquita, que la tuvieron que trasladar a Buenos Aires
pero que igual no aguantó, ¿Por qué la llevaron allá si acá hay muchos
hospitales?
Abuelo: “Pasa Juancito que antes no era así, estaba
el Hospital Central, el Hospital de la Madre y el Niño y algunos Sanatorios
privados y nada más, para cualquier tema delicado de salud tenías que
trasladarte hacia Buenos Aires”.
“Esa falta de una buena calidad de salud, a nosotros nos
pegó muy fuerte, fue algo muy doloroso para tu abuela y para mí, seguro que
para tu papá y tu tío también, pero eran muy chicos y tratamos de cuidarlos mucho para que no sufran tanto. A tu tía se le metió un virus en el cerebro, en 7
días se la llevó, estaba por cumplir apenas 4 años. Fue una prueba muy grande
que nos puso Dios pero pudimos salir adelante, y mucho después con la llegada
de tu otra tía esa ausencia se pudo completar de alguna manera, aunque siempre
la recordamos”.
“Pero salgamos de la tristeza, volvamos al tema
hospitales, aparte de esos techos azules de las escuelas, están también los
techos azules de los Hospitales y Centros de Salud, y están gracias a Dios y a
la planificación en cada barrio y en cada ciudad, pueblo o paraje de toda la
provincia. En nuestra provincia existe lo que se llama Sistema de Complejidad
creciente, o sea Juan, si a vos te pasa algo vas al Centro de Salud de tu
barrio, si ahí no pueden solucionarte vas al Hospital Central, y así sigue
subiendo según sea el caso, después está el Hospital Distrital y por encima de
todo el Hospital de Alta Complejidad. Cerca de tu casa están esos, porque vos
vivís en un lugar donde hay varios hospitales. Tener un Hospital de Alta
Complejidad es algo antes impensado para nosotros, ni siquiera imaginándonos”.
“Todo eso hace que ya no nos tengamos que trasladar a
otro lado cada vez que sucede algo feo con respecto a la salud, hay algunos
casos aún pero son los menos, incluso vienen de otros puntos del país a
atenderse acá porque hasta se realizan trasplantes en el Alta Complejidad, y
dentro de poco va a estar terminado el Hospital de Medicina Nuclear para todos
aquellos que padecen esa enfermedad fea que se llama Cáncer”.
“Es mucho mucho lo que se avanzó en eso. Y ojalá que
ningún formoseño más tenga que pasar por lo que pasamos nosotros con tu tía…”
Yo: Que bárbaro todo
eso, algo sabía pero no mucho. Bueno Abuelo, ya nos tenemos que ir, el domingo
que viene seguimos hablando porque dicen mis papás que ya es tarde y que tienen
sueño.
Abuelo: “Y deciles que te quedás un rato más y
después yo te llevo a tu casa, así te sigo contando de otras cosas más de
aquellos años”.
Yo: Dale, esperá…
Dicen que sí, se van y después vos me llevás. ¡Qué grande abuelo!.
Abuelo: “Bueno, vamos al patio a seguir conversando
así tomamos un rico tereré que nos está por preparar tu abuela.”
“Otra de las cosas que cambiaron mucho de esos años a hoy
es el asfalto, las calles y las rutas; acá habían re pocas calles asfaltadas,
de hecho cuando tu papá nació nosotros vivíamos en otra casa que era calle de
tierra, luego nos cambiamos a otra casa que también quedaba en una calle de
tierra, no sabés lo que era cuando llovía, tenía que dejar el auto en la ruta,
hoy el acceso a la ciudad lleno de plazoletas lindas con las calles colectoras
llenas de plantas y esculturas era todo una sola ruta, y nuestra casa quedaba
por ahí cerca y a veces tenía que dejar el autito que teníamos con tu abuela y
entrar caminando por el lodo porque era imposible entrar manejando, los autos
se caían a la cuneta y no había forma de sacarlos, teníamos que dejarlos ahí
hasta que seque un poco y después recién ir con amigos a sacar el auto, la
verdad que hoy a a la distancia me da risa y recuerdo toda esa aventura, pero
en ese momento me daba una bronca recuerdo. Con el paso del tiempo y gracias a
esa Reparación que te conté hoy temprano y una buena planificación de la
provincia llegó el asfalto a casi toda la ciudad. ¿Sabés quienes no se dieron
cuenta de que se asfaltó su calle? los perritos, ellos dormían en las calles de
tierra porque era fresco, no sabés como te perseguían cuando pasaban en moto,
jajaja. Más de una vez me tiraron de la moto que tenía de joven. Bueno, con el
asfalto lo seguían haciendo, seguían durmiendo en la calle, pero al ser
asfaltado el tránsito de los autos empezó a aumentar mucho, como es ahora, el
tema es que al estar en las calles a muchos de ellos los atropellaban, era cosa
de todos los días, te daba una pena”.
“Lo mismo las rutas, cuando vos todavía no habías nacido
tus papás vivían en Buenos Aires, y a veces llevaban artesanías de los hermanos
aborígenes de acá para regalar allá, y a todo el mundo les gustaba mucho,
porque hacen unas cosas espectaculares los Qom, los Wichí y los Pilagás acá en
Formosa. Pero una vez pensaron en comprar en cantidad para empezar a vender
allá en Baires. Y así una vez vinieron a Formosa y fueron hasta Ingeniero
Juárez, una ciudad que queda al Oeste de la provincia, un poco antes de llegar
a Salta, el tema es que la ruta sólo llegaba hasta una ciudad que se llama Las
Lomitas, en realidad seguía un poco más hasta Bazán, pero ya estaba toda ruta a
esa altura, todo para conocer en persona alas artesanas que hacían esas cosas
tan lindas y poder llegar a un acuerdo para empezar a comprarles todo el año.
Bueno, no sabés lo que les pasó, estando allá se largó una terrible lluvia, jaja.
Fue una Odisea volver, camionetas, camiones y autos se quedaban porque eso no
era tierra, era todo lodo. Por suerte pudieron salir y llegar hasta la ruta,
pediles que te muestren las fotos de esa vez, la camioneta en la que fueron era
un solo pedazo de barro, encima por la lluvia no pudieron verse con las
artesanas así que no sirvió de nada su viaje, sólo para la anécdota y para las
risas de todos cuando llegaron, jajaja, hasta ellos se reían, pero sí que la
pasaron brava”.
Yo: Weee, lo que
habrá sido eso, creo que ví esas fotos alguna vez porque se nota que las
imprimieron en un papel grueso y están en mi casa.
Abuelo: “Jajaja, no Juancito, no las imprimieron,
en esa época todavía no existían los celulares que sacaban fotos. Existían las
cámaras de fotos, como esas que hoy usan solo los fotógrafos, y llevaban un
rollo de 24 o 36 fotos nada más, ahí si no te gustaba como saliste no se podía
borrar y volver a sacar, una vez que las sacabas ya quedaba así”.
“Pero antes de eso, varios años antes, no es que sólo no
habían celulares con cámaras, no existían directamente los celulares. Cuando tu
papá y tus tíos eran chicos yo viajaba mucho por trabajo, y la llamaba a tu
mamá al teléfono fijo sólo una vez al día porque las llamadas eran caras, no es
como ahora que te comunicas por Wathsapp y es todo así nomás, era muy distinto”.
“Recuerdo cuando tu papá se fue a estudiar a Buenos Aires
con tu tío, ellos tenían un teléfono fijo en su departamento, pero como todo
estudiante salir a buscar teléfonos públicos pinchados era su pasatiempo. Antes
aparte de los teléfonos fijos, existían en algunos lugares teléfonos públicos,
que funcionaban con monedas, vos ponías la moneda y te daba tantos minutos para
hablar adónde vos quieras, y ellos cada tanto encontraban uno y nos llamaban,
tu abuela saltaba de la felicidad cada vez que escuchaba sus voces, porque no
sabés lo que se extrañan a tus hijos cuando se van, por más que sabés que es lo
mejor para ellos y para su futuro, al principio es un vacío que queda en la
casa muy grande, después te acostumbrás, pero el primer año es duro”.
“Bueno Juancito, ya está cayendo la noche y los mosquitos
se ponen intensos a esta hora, ya es hora que te lleve, y seguro enseguida tu
papá me va a llamar porque algo me dice que no habrás hecho tu tarea para
mañana aún…”
Yo: Ufa abuelo, las
tareas son aburridas, es más divertido esto. Pero la próximas vez seguimos
hablando de más historias. Mi papá siempre me dice que iban al río con vos y el
tío y que nadaban re lejos, casi hasta Alberdi.
Abuelo: “Siii, de esas hay varias anécdotas también,
pero si te las empiezo a contar ahora no terminamos más”
“Es mucho lo que cambió Formosa en tan poco tiempo, y
mucho lo que sigue creciendo aún, el otro domingo seguimos”.
Yo: Dale abuelo, vamos
a casa, te quiero mucho, no veo la hora de verme mañana con mis compañeros en
la escuela y contarles todas estas cosas. Vamos que ahora que me acuerdo tengo
que hacer lo de matemáticas aún y mamá me va a retar. Jajaja.
FIN.-
Luis
A. Sebriano (h)
un soñador