Una clase de Doctrina
Quiero compartir con la Honorable Cámara, tres sencillas reflexiones pensando en Perón.
Perón genera emoción y creo que en muchos de los argentinos, una cuestión espiritual realmente poco explicable. ¿Cómo es posible que tengamos ganas de seguir cantando la marchita? Sentimos esa emoción.
La primera reflexión tiene que ver con el concepto de Federalismo, sobre todo en las provincias marginales. Sinceramente, en nuestras provincias marginales, Perón y Eva Perón son los que han hecho todas las escuelas, todas las obras, han hecho la provincialización de las ocho provincias nuevas, allá por el 55’. ¡Qué profundidad del pensamiento federal de Perón!
La segunda reflexión tiene que ver con el país, con el modelo argentino del proyecto nacional. Soñaba Perón, con una comunidad organizada del país, una comunidad organizada que defendía dos grandes objetivos, la grandeza de la Nación, es decir el crecimiento macroecónomico, pero también la felicidad del pueblo, o sea la redistribución de la riqueza. Y hablaba de una comunidad organizada, en la que todos los sectores que la componen, nos pusiéramos de acuerdo en combatir por estos dos grandes objetivos. Todos, todos los partidos políticos, todos los empresarios, todos los trabajadores, los hombres y mujeres de los medios de comunicación social, de las universidades, de la educación, los jubilados, los discapacitados, las minorías étnicas, raciales, religiosas, sexuales.
Y soñaba con esa comunidad organizada, y la prueba de ello fue el abrazo con Balbín. ¿Por qué alguien que sacó más del 60% de los votos se abraza con aquel que sacó el 20% de los votos? Nos está dando un mensaje a los argentinos, nos están dando un mensaje. ¿Cuál es ese mensaje? Que los inconvenientes que iba a tener la Nación iban a ser tan grandes que precisaba un 70, un 80% de paciencia, de voluntades para llegar al Bien Común. Este es el gran legado de Perón, este es el gran legado de Perón, esa comunidad organizada nacional.
Aquella vez que convoca a todos los partidos políticos a la Casa de Gobierno y le dice: “Dejémonos de diatribas, de vilipendios, de agravios, convoquémonos para las cosas grandes, dejemos temas menores.”
El tercer orden de reflexiones tiene que ver con su concepción internacional. Perón tenía muy claro una concepción determinista: el mundo marcha hacia el universalismo. Decía: “Los problemas económicos, tecnológicos, y poblacionales anticipan que el hombre, o se destruye a sí mismo con una bomba de 100 megatones o tiene que llegar a un estadio superior."
Meses antes de volver, en 1972 fue al Congreso Ecuménico de Estocolmo, Suecia, el primer Congreso de la Tierra, y cuando salió de allí empezó a predicar una frase extraordinaria: “Allí comprendí ¡qué tontos que fueron los hombres que murieron por millones a lo largo de la historia, por defender fronteras que existieron sólo en su imaginación!”
Yo creo que con estas tres reflexiones, con el abrazo de Perón y Balbín, quisiera compartir este Homenaje de Perón con el Homenaje para Irigoyen, para Balbín, para los grandes hombres del Socialismo, para Alfredo Palacios y los militantes del liberalismo, para todo lo que es la militancia política.
Porque a nosotros el pueblo argentino nos está pidiendo que elevemos el debate, nos está pidiendo que seamos capaces, todos los sectores políticos de construir un proyecto común, y ese proyecto común no es otra cosa que la grandeza de la Nación y la felicidad del pueblo. “Porque para un argentino no debiera haber nada mejor que otro argentino.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario