Historiar la vida de un militante pareciera, a veces, tarea sencilla, pero cuando uno hurga sobre los temas que rodearon su vida en distintos momentos, en distintas épocas, en distintos estratos sociales, ve que el militante de todas las épocas es exactamente el mismo, es un ser humano extraordinariamente fogoso, está enojado siempre con la sociedad que lo rodea, porque quiere cambiarla, por eso milita. Está enojado con la propia familia, que la mayoría de las veces no lo entiende, porque el militante está siempre delante de todos los otros, es el que piensa, es el que grita, es el que en una reunión dice no, no es así, no estoy de acuerdo, y que cuando algunos funcionarios que no son militantes creen que están dando una clase de doctrina, o de historia, que están hablando de cosas muy importantes al ser interrumpidos por el militante se sienten molestos, es porque en realidad ellos no han mamado del campo de la militancia, ese campo frío, de la calle, de la noche, del día al rayo del sol, de la lluvia, de la pegatina de carteles, de salir, de analizar, de mirar.
¿Vieron que los militantes a veces no les dicen a la familia dónde van? No se lo dicen ni a los padres, ni a los hijos, ni a las esposas. Es un secreto, es un código, el código de los militantes; de los que salimos a la calle en busca de nuestra ilusión y de nuestro destino; de los militantes, esos que peregrinan; como dice Cristo: que somos peregrinos en este mundo .
El 17 de noviembre se recuerda como el "Día de la Militancia ", al conmemorarse aquella fecha del año 1972, que con el retorno del General Perón se lograba el propósito que venía animando a tantos militantes peronistas.
Por eso hoy, humildemente, rendimos homenaje y valoramos la actitud de permanente militancia de nuestros compañeros pese a todos los problemas y proyectos no concretados; homenaje al trabajo ininterrumpido y, a veces, anónimo de miles de compañeros que sin pedir nada a cambio son verdaderos misioneros de nuestro movimiento. Homenaje a quienes día a día mantienen viva la llama del justicialismo y llevan adelante el legado histórico que nos legaran Juan y Eva Perón.
Este mensaje es para el hombre que por no tener trabajo llora de rabia e impotencia. Para la mujer que en silencio multiplica las migajas de una comida que no alcanza.
Pero seguimos siendo orgullosamente peronistas porque el peronismo siempre existirá ...Y más aún mientras exista un solo argentino sumergido en la pobreza. Mientras los que mas tienen sean cada día más ricos y los que menos tienen sean cada día más pobres. Mientras existan niños que mendigan. Mientras se claven nuestras miradas en ojos hundidos y desesperanzados de los hombres y mujeres sin trabajo. Nuestras banderas son la justicia social, la libertad económica y la soberanía política y, hoy como ayer, quien no adhiera de cuerpo y alma a estas ideas, no puede llamarse seriamente peronista.
Por lo tanto, el compromiso futuro es seguir trabajando y militando para reconstruir nuestro movimiento, impulsar nuevamente a los compañeros a la militancia sin especulación. Debemos ponernos a la altura de los tiempos, capacitarnos, entender que hoy, desde la militancia la justicia social también se llama educación. Que la dignidad es volver a crear puestos de trabajo. Que la libertad es abrirnos al mundo sin vender nuestra Patria. Renovarse significa, sin hacer cortes generacionales, todos juntos, nuevos y viejos militantes, ponernos a la altura de las circunstancias y militar también con todos los instrumentos que nos ofrece la tecnología, militar en los medios de comunicación, militar en la Internet , en nuestra casa partidaria, en la calle, en el barrio, como lo hacíamos antes, como lo hicieron siempre los viejos peronistas. Son los militantes de todos los tiempos pasados y presentes los custodios incorruptibles de nuestra identidad, de nuestra doctrina y de nuestras banderas.
Luis A. Sebriano (h)
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