miércoles, 30 de marzo de 2011

UN SIGLO Y MEDIO DESPUÉS…




       Un Siglo y medio atrás, la historia contada por Mitre y su diario La Nación estaba teñida de un sentimiento antiaborigen. Para el amigo Bartolomé, José de San Martín solo libertó a los países Americanos de la dominación española, nunca contó ni explicó la participación de los Pueblos Originarios, en la Guerra por la Independencia, como elemento estratégico en la conformación de la nueva sociedad a construir. Son muchas las medidas que podemos enunciar a favor de los Pueblos Nativos de estas tierras, pero lo que quiero remarcar es que fue precisamente esto, lo que despertó el odio de la oligarquía porteña de la Argentina que no lo apoyó en su gesta emancipadora librándolo a su suerte, el mismo odio despertó en la oligarquía peruana que conspiró hasta derrotarlo políticamente para luego archivar todos sus decretos y proclamas a favor de los nativos para beneplácito de las clases dominantes.

            Un Siglo y medio después son los mismos ideales Sanmartinianos (peronistas si seguimos el hilo conductor de la historia) los que despiertan el odio en la misma oligarquía Argentina, y son ellos desde el centro del País quienes nuevamente atacan a todo un Pueblo, y como siempre encuentran, entre los locales, personas que lo único que llevan consigo es el odio, que quieren destruir, que quieren confundir a la gente, que les molesta la felicidad de un Pueblo con Paz Social, y quieren inventar problemas engañando y utilizando a los más frágil de una sociedad, los hermanos aborígenes, y para colmo de males buscan despertar un sentimiento antiaborigen que a ellos les conviene, porque buscan retroceder más de un Siglo, volver a ese país para unos pocos con desigualdad y discriminación.

            Quieren provocar, como ya lo hicieron, otro enfrentamiento entre hermanos como ocurrió en La Primavera, porque a esos nada ni nadie les importa, ni siquiera les interesa que se vaya Gildo Insfrán, ni que se vaya el Peronismo formoseño, ellos quieren que pierda la provincia de Formosa, quieren entristecernos, les molesta la igualdad de oportunidades, la equidad, la paz social y por sobre todas las cosas les molesta que todo el pueblo pueda tener acceso a la educación.

            Desde lo más profundo de nuestro amor les pedimos que cesen con sus engaños y artilugios, no los utilicen más a los hermanos aborígenes, el Pueblo se da cuenta de todo, de quienes están detrás de estas cosas. Si dicen que vienen a hacer política no bastardeen a la política, la política es una herramienta para hacer y buscar el bien común, no para hacer el mal diciendo que hacen el bien. Si vienen a hacer política hagan propuestas concretas, planteen soluciones, construyan, porque así no les va a ir muy bien nunca. Los llamamos a una profunda reflexión para que recapaciten y abandonen estas prácticas dañinas y destructivas.

            Hace más de un Siglo lograron vencer a San Martín y sus principios empujándolo al exilio, luego vencieron a Juan Manuel de Rosas y a toda su dignidad y argentinidad, después lo vencieron a Irigoyen y con él a gran parte del Pueblo Argentino, también vencieron a Juan Perón en 1955 echando por tierra los años más felices de nuestra historia y proscribiendo a todo un Pueblo, en 1976 nos volvieron a vencer, esta vez matando a toda una generación, quizá la más brillante, a toda la masa crítica, a todos los que les molestaban y les daban el debate intelectual.

            Hoy Formosa y la Argentina nuevamente levantan la bandera de la Felicidad y del Bienestar Social y nuevamente intentan, con otros métodos, truncar este hermoso presente que estamos viviendo. La gran diferencia es que esta vez estamos preparados para defender este Modelo Provincial y este Modelo Nacional, porque son la misma cosa, las dos caras de una misma moneda, el que dice apoyar al Modelo Nacional no puede no apoyar a este Modelo Provincial, eso es de necios y ciegos.

            SÉPANLO, NO ESTÁN EN EL CAMINO CORRECTO DE LA HISTORIA. SÚMENSE, EL PROBLEMA NO ES PENSAR DISTINTO, EL TEMA ESTÁ EN QUE LO HAGAMOS JUNTOS.




Luis A. Sebriano (h)

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